lunes, 21 de mayo de 2012

Dolce far niente




Un banquero  estaba en el muelle de un pueblito , cuando llegó un bote con un solo pescador. Dentro del bote había varios atunes amarillos de buen tamaño. El banquero elogió al pescador por la calidad del pescado y le preguntó cuánto tiempo le había llevado pescarlos. El pescador respondió que sólo un rato. El banquero le preguntó que por qué no permanecía más tiempo y sacaba más pescado. El pescador dijo que él tenía lo suficiente para satisfacer las necesidades inmediatas de su familia. El banquero le preguntó qué hacía con el resto de su tiempo. El pescador dijo: “Duermo hasta tarde, pesco un poco, juego con mis hijos, duermo la  siesta con mi mujer, voy todas las noches al pueblo a tomar un  vino con mis amigos. Tengo una vida agradable y ocupada.”
El banquero replicó: “Soy un economista brillante y podría ayudarte.”
“Deberías pasar más tiempo en la pesca y, con los ingresos, comprar un bote más grande y, con los ingresos del bote más grande, podrías comprar varios botes. En vez de vender el pescado a un intermediario lo podrías hacer directamente a un procesador y,  abrir tu propia procesadora. Deberías controlar la producción, el procesamiento y la distribución. Deberías salir de este pueblo e irte a la Capital, donde manejarías tu empresa en expansión”.
El pescador le preguntó: “¿Pero cuánto tiempo tardaría todo eso….?”.
A lo cual respondió el banquero: “Entre 15 y 20 años”.
“¿Y luego qué?”, preguntó el pescador.
El banquero se rió y dijo que esa era la mejor parte. “Cuando llegue la hora deberías vender las acciones de tu empresa al público. ¡¡¡Te haras rico….tendrás millones!!!”
“¿Millones….y luego qué?”.
“Luego te puedes retirar. Te mudas a un pueblito en la costa donde puedes dormir hasta tarde, pescar un poco, jugar con tus hijos, dormir la  siesta con tu mujer, ir todas las noches al pueblo a tomar un vino con tus amigos”.
Y el pescador respondió:
“¿Y acaso eso no es lo que ya tengo ahora?”.

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